Positiva señal de apoyo a galeristas, por Ana Martinez Quijano
El gobierno promueve participación en feria de Milán
A fin de la semana pasada, durante una reunión del ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, con algunos de los 17 galeristas porteños y dos directivos de la Feria arteBA que participarán de la Feria MiArt de Milán el 4 de abril, se avanzó algo en uno de los déficits más sensibles que tenía el gobierno en relación con el mercado del arte: el apoyo a la participación nacional en esa feria, a través del mayor envío que haya salido nunca del país y con el claro objetivo de ganar mercados, es una señal positiva.
Y no deja de ser sorprendente (además del hecho de que el ministro se haya puesto corbata), ya que el tema, conversado durante años con los políticos de diferentes gestiones, nunca tuvo resultados en la práctica. Pero más allá de la presencia puntual en Milán, en el encuentro se diseñó una estrategia para darle continuidad al programa, fortalecer los circuitos del arte y, si es posible, llegar hasta China.
La propuesta formal llegó con la operadora de la Feria de Milán, Adriana Forconi, experta en el pujante mercado chino y dispuesta a abrir esas puertas. Forconi gestionó que la Feria de Milán esté dedicada a Buenos Aires, enamorada de la energía que circula en el mundillo del arte porteño, síndrome que padecen los extranjeros y suele dejar indiferentes a los funcionarios locales. Salvo, claro, cuando llega la hora de los abrumadores discursos cargados de retórica, o de cortar la cinta en arteBA para salir en la foto.
La iniciativa, en caso de revelarse eficaz, ayudaría a revertir la crítica situación del mercado del arte argentino en el exterior, que viene cayendo aceleradamente en picada. No hay más que recordar que a la última edición de la feria española de ARCO, una de las más importantes en Europa y que años atrás solía contar con una fuerte participación de nuestro país, sólo concurrieron dos galerías argentinas.
Ahora, es Italia quien cursa invitaciones para esa gran fiesta que vive el mercado europeo.
Lo cierto es que, si se sacude la inercia política, la meta de salir a ganar reconocimiento y mercados no es tan difícil, onerosa ni complicada: el Ministerio compró un gran stand para todos por 20.000 euros y los galeristas ponen el resto. Pero faltaba el estímulo y la decisión. El presupuesto que Lombardi dispuso para llevar adelante futuros proyectos, no hará tambalear el tesoro de la Ciudad y por esta razón, resulta inexplicable la indolencia de los distintos gobiernos hasta el presente.
Algunos galeristas, más que comerciantes, son difusores de cultura, como aclaró Florencia Braga Menéndez, una de las asistentes (también fueron, entre otros, Sara García Uriburu, Gachi Prieto, Teresa Frías, Julia Converti, César Menegasso Cané y Fernando Entin).
Braga Menéndez recibió la invitación a Milán y la hizo extensiva a los galeristas de su generación. Durante el encuentro dijo: «Cada dos muestras comerciales, hay una con obras que no son para vender. Las galerías son los espacios dónde se puede ver el mejor arte contemporáneo. ¿Hay algo más genuino?», preguntó.
El prejuicio que genera el mercado, por su voracidad comercial, no parece ser aplicable a este grupo. Los galeristas y las instituciones como arteBA, que hasta ahora se han ocupado en soledad de presentar nuestro arte en el exterior y de consolidar relaciones, atender e invitar a las delegaciones que llegan de afuera, consideran que la ayuda gubernamental tiene un valor incalculable, que trasciende lo económico. Sobre todo, porque se pueden aunar esfuerzos para generar de contactos y proyectos especiales con instituciones y medios de prensa internacionales que estén vinculados a la oferta artística porteña.
Por otra parte, más allá del mercado, durantela reunión se habló de un tema básico, como la necesidad de que Buenos Aires tenga una escuela modelo para los artistas, que no existe en la actualidad desde que se cerró la Beca Kuitca del centro Cultural Rojas. A Lombardi se le criticó el horario absurdamente breve de atención al público de los museos de la ciudad, ya que algunos apenas si llegan a estar abiertos cuatro horas.
Lombardi se apresuró a aclarar que el Centro Cultural Recoleta, que acostumbraba a abrir a las 14, ya puede ser visitado desde la mañana. Finalmente, el ministro aseguró que llamará a concurso para cubrir los cargos directivos de los museos, haciendo hincapié en que el trámite es largo, pero que, para fin de año, posiblemente se pueda iniciar la convocatoria.
Ana Martinez Quijano
Ambito Financiero
Lunes 31 de Marzo de 2008
A fin de la semana pasada, durante una reunión del ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi, con algunos de los 17 galeristas porteños y dos directivos de la Feria arteBA que participarán de la Feria MiArt de Milán el 4 de abril, se avanzó algo en uno de los déficits más sensibles que tenía el gobierno en relación con el mercado del arte: el apoyo a la participación nacional en esa feria, a través del mayor envío que haya salido nunca del país y con el claro objetivo de ganar mercados, es una señal positiva.
Y no deja de ser sorprendente (además del hecho de que el ministro se haya puesto corbata), ya que el tema, conversado durante años con los políticos de diferentes gestiones, nunca tuvo resultados en la práctica. Pero más allá de la presencia puntual en Milán, en el encuentro se diseñó una estrategia para darle continuidad al programa, fortalecer los circuitos del arte y, si es posible, llegar hasta China.
La propuesta formal llegó con la operadora de la Feria de Milán, Adriana Forconi, experta en el pujante mercado chino y dispuesta a abrir esas puertas. Forconi gestionó que la Feria de Milán esté dedicada a Buenos Aires, enamorada de la energía que circula en el mundillo del arte porteño, síndrome que padecen los extranjeros y suele dejar indiferentes a los funcionarios locales. Salvo, claro, cuando llega la hora de los abrumadores discursos cargados de retórica, o de cortar la cinta en arteBA para salir en la foto.
La iniciativa, en caso de revelarse eficaz, ayudaría a revertir la crítica situación del mercado del arte argentino en el exterior, que viene cayendo aceleradamente en picada. No hay más que recordar que a la última edición de la feria española de ARCO, una de las más importantes en Europa y que años atrás solía contar con una fuerte participación de nuestro país, sólo concurrieron dos galerías argentinas.
Ahora, es Italia quien cursa invitaciones para esa gran fiesta que vive el mercado europeo.
Lo cierto es que, si se sacude la inercia política, la meta de salir a ganar reconocimiento y mercados no es tan difícil, onerosa ni complicada: el Ministerio compró un gran stand para todos por 20.000 euros y los galeristas ponen el resto. Pero faltaba el estímulo y la decisión. El presupuesto que Lombardi dispuso para llevar adelante futuros proyectos, no hará tambalear el tesoro de la Ciudad y por esta razón, resulta inexplicable la indolencia de los distintos gobiernos hasta el presente.
Algunos galeristas, más que comerciantes, son difusores de cultura, como aclaró Florencia Braga Menéndez, una de las asistentes (también fueron, entre otros, Sara García Uriburu, Gachi Prieto, Teresa Frías, Julia Converti, César Menegasso Cané y Fernando Entin).
Braga Menéndez recibió la invitación a Milán y la hizo extensiva a los galeristas de su generación. Durante el encuentro dijo: «Cada dos muestras comerciales, hay una con obras que no son para vender. Las galerías son los espacios dónde se puede ver el mejor arte contemporáneo. ¿Hay algo más genuino?», preguntó.
El prejuicio que genera el mercado, por su voracidad comercial, no parece ser aplicable a este grupo. Los galeristas y las instituciones como arteBA, que hasta ahora se han ocupado en soledad de presentar nuestro arte en el exterior y de consolidar relaciones, atender e invitar a las delegaciones que llegan de afuera, consideran que la ayuda gubernamental tiene un valor incalculable, que trasciende lo económico. Sobre todo, porque se pueden aunar esfuerzos para generar de contactos y proyectos especiales con instituciones y medios de prensa internacionales que estén vinculados a la oferta artística porteña.
Por otra parte, más allá del mercado, durantela reunión se habló de un tema básico, como la necesidad de que Buenos Aires tenga una escuela modelo para los artistas, que no existe en la actualidad desde que se cerró la Beca Kuitca del centro Cultural Rojas. A Lombardi se le criticó el horario absurdamente breve de atención al público de los museos de la ciudad, ya que algunos apenas si llegan a estar abiertos cuatro horas.
Lombardi se apresuró a aclarar que el Centro Cultural Recoleta, que acostumbraba a abrir a las 14, ya puede ser visitado desde la mañana. Finalmente, el ministro aseguró que llamará a concurso para cubrir los cargos directivos de los museos, haciendo hincapié en que el trámite es largo, pero que, para fin de año, posiblemente se pueda iniciar la convocatoria.
Ana Martinez Quijano
Ambito Financiero
Lunes 31 de Marzo de 2008