Cordobé Básico, por Leandro Edelstein
“El cara'e poio, el amarío patito, el verde boteia y el negro culiao son símbolos de Córdoba que a nivel nacional hoy son tanto o más representativos que la figura de "la docta". Pero junto a la simpatía que despierta el pintoresco dialecto de los chistes y al valor cultural del lenguaje autóctono, se presenta el peso que cargan quienes no comparten el idioma culto que rige, sin excepción, en todos los espacios públicos. Y sobre todo, en aquellos donde se maneja poder”.
Este párrafo, escrito por Virginia Guevara, encabeza el articulo “Pintoresco y autóctono, pero excluyente” que es parte del Diccionario de Cordobé Básico Ilustrado. Mucho que ver tienen estos conceptos con el Verde Boteia visto estos días por Palermo. De todos modos este artículo que hoy nos convoca debe pregonar otra máxima: Peisino y Piñero están re-locos.
Una pared criminal impacta la visual apenas el primer paso, siempre derecho, se sumerge en Arevalo 1748. El cuchillo gotea rojo que no llega a caer al suelo y el canalla que lo sostiene ni siquiera se sonroja, es mas, se muestra cuasi orgulloso.
Gustavo Piñero dejo la escena del crimen tal como le convenía para salir ileso del caso, pero no abandono la pelea. “Súper Obrero”, “Pedrada” y “Lucha entre hermanos” son algunas de sus creaciones tragicómicas en las que personajitos son atacados, partidos al medio y desterrados de su humanidad. Les tiraron balas y miguelitos, les clavaron hachas pero siguen luchando de pie y con dignidad. Y hasta uno se anima a volar y traspasar, más no sea con su rostro, el límite de la muestra.
Ironía y humor para una realidad heavy metal.
También las venas abiertas de Córdoba, Argentina, viajaron miles y miles de kilómetros junto a Pablo Peisino para llegar desde la tierra del ferné con coca a Palermo Hippie Chick. Esta instalación de venas hechas en tela terminó por dominar gran parte de la geografía de Elsi del Río, que no opuso mucha resistencia.
Peisino se trajo también el remedio. Ahora, ¿quien recurriese a sus botiquines estaría buscando curarse? Adentro unas tazas pintadas a mano quitan las ganas de tomar el té de las five o´clock. Calaveras, huesos, venas y sangre engalanan estas obras-objetos de arte usables.
Es así que, como el cordobé básico, el idioma que manejan Peisino y Piñero además de ser simpático, gracioso y atractivo, es desafiante. Quien lo hable debe hacerse cargo y llevarlo con hidalguía. Quien no lo hable, sabrá que puede hacerlo, con voluntad. Quien no lo entienda sabrá que no querrá entenderlo.
Verde Boteia (¡Córdoba invade Palermo!) de Pablo Peisino y Gustavo Piñero se presenta del 27 de Agosto al 27 de Septiembre en Elsi del Río - Arte Contemporáneo.
Arevalo 1748 - Palermo, obviamente.
¡Imperdible!
Por Leandro Edelstein
leanedel@hotmail.com