Cartografia de la ironía
Diario Peril, Sábado 4 de Abril de 2009
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El atelier
Cartografia de la ironía
En Palermo, el artista plástico José Luis Anzizar nos recibe en su espacio de trabajo, donde crea objetos amorosamente decorativos que esconden reflexiones punzantes.
Por Natalia Iscaro
"Tengo una obsesión con los mapas”, relata José Luis Anzizar, aposentado en el primer piso de su loft-atelier-oficina. Recibido de contador (“una de las profesiones más horribles del planeta”), este artista plástico trabajó durante quince años en el Citibank, gracias a lo cual viajó profusamente. Esto le permitió reafirmar su gusto por los mapas y planos, por los aviones y sus rutas aéreas infinitas. Acaso eso sea lo que dibuja su bolígrafo cuando, a suerte de rulos y más rulos, da vida a figuras y sombras. “Soy un freak de los aviones, y tengo un registro desde el primer día en que volé, a los seis años.” De sus viajes hay anécdotas, muchas de las cuales dispararon series enteras. Como los Global Shoes, que surgieron de ver dos cuadras de mujeres chinas haciendo cola para entrar a una boutique y adquirir el mismo par de zapatos, a un precio exorbitante. O la serie de empanadas, realizadas con desechos (calzoncillos viejos, trapos de piso, servilletas usadas, etc.), con leyendas como “Destino de grandeza”, en una muestra en 2002. “Era el menú del momento, y ahora lamentablemente estamos volviendo.”
De lo tridimensional al plano hay un paso, que Anzizar camina de ida y de vuelta. “En un momento mi dibujo necesita saltar del papel y transformarse en algo volumétrico.” Al momento del dibujo, al trazo enrulado en bolígrafo se suman marcas de café, tinta para sellos, látex y bordados.
En cualquier soporte, el humor irrumpe, como un rasgo que él mismo reconoce como propio. “Soy irónico y bastante escéptico. Eso se traduce en diferentes tipos de humor: sutil, evidente, infantil o intelectual.”
Pero lo que invita a la risa no escapa a la belleza. Hay un cuidado estético que nunca se resigna, y que esconde una significación, a la libre interpretación de cada observador. “Si te quedás con la primera lectura vas a ver una cosa linda, y hasta ingenua. Si después comenzás a ver entre líneas, aparecen el humor, la ironía y el mensaje. Pero tampoco me gusta invadir a la gente con el concepto de mi obra.”
A la hora de integrar su trabajo con el hogar, el artista confiesa: “Es muy cómico, porque mucha gente que compra mi obra la tiene arriba de la cama. Yo siempre les pregunto, en broma, si es su inspirador sexual”. Charla va, charla viene, finalmente dejamos al artista, cuya obra evoluciona de los aviones a los pájaros, de los círculos a las formas circulares de papel recortado y pintado y, como siempre, la pizca de ironía que permite la actualidad política nacional, que nunca se agota, que siempre sorprende... al que quiera hacer el esfuerzo.
Agradecimiento:
José Luis Anzizar (www.anzizar.com.ar) y Elsi del Río - Espacio de Arte (www.elsidelrio.com.ar).
Texto: Natalia Iscaro.
Fotos: Victoria Gesualdi.
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Cartografia de la ironía
En Palermo, el artista plástico José Luis Anzizar nos recibe en su espacio de trabajo, donde crea objetos amorosamente decorativos que esconden reflexiones punzantes.
Por Natalia Iscaro
"Tengo una obsesión con los mapas”, relata José Luis Anzizar, aposentado en el primer piso de su loft-atelier-oficina. Recibido de contador (“una de las profesiones más horribles del planeta”), este artista plástico trabajó durante quince años en el Citibank, gracias a lo cual viajó profusamente. Esto le permitió reafirmar su gusto por los mapas y planos, por los aviones y sus rutas aéreas infinitas. Acaso eso sea lo que dibuja su bolígrafo cuando, a suerte de rulos y más rulos, da vida a figuras y sombras. “Soy un freak de los aviones, y tengo un registro desde el primer día en que volé, a los seis años.” De sus viajes hay anécdotas, muchas de las cuales dispararon series enteras. Como los Global Shoes, que surgieron de ver dos cuadras de mujeres chinas haciendo cola para entrar a una boutique y adquirir el mismo par de zapatos, a un precio exorbitante. O la serie de empanadas, realizadas con desechos (calzoncillos viejos, trapos de piso, servilletas usadas, etc.), con leyendas como “Destino de grandeza”, en una muestra en 2002. “Era el menú del momento, y ahora lamentablemente estamos volviendo.”
De lo tridimensional al plano hay un paso, que Anzizar camina de ida y de vuelta. “En un momento mi dibujo necesita saltar del papel y transformarse en algo volumétrico.” Al momento del dibujo, al trazo enrulado en bolígrafo se suman marcas de café, tinta para sellos, látex y bordados.
En cualquier soporte, el humor irrumpe, como un rasgo que él mismo reconoce como propio. “Soy irónico y bastante escéptico. Eso se traduce en diferentes tipos de humor: sutil, evidente, infantil o intelectual.”
Pero lo que invita a la risa no escapa a la belleza. Hay un cuidado estético que nunca se resigna, y que esconde una significación, a la libre interpretación de cada observador. “Si te quedás con la primera lectura vas a ver una cosa linda, y hasta ingenua. Si después comenzás a ver entre líneas, aparecen el humor, la ironía y el mensaje. Pero tampoco me gusta invadir a la gente con el concepto de mi obra.”
A la hora de integrar su trabajo con el hogar, el artista confiesa: “Es muy cómico, porque mucha gente que compra mi obra la tiene arriba de la cama. Yo siempre les pregunto, en broma, si es su inspirador sexual”. Charla va, charla viene, finalmente dejamos al artista, cuya obra evoluciona de los aviones a los pájaros, de los círculos a las formas circulares de papel recortado y pintado y, como siempre, la pizca de ironía que permite la actualidad política nacional, que nunca se agota, que siempre sorprende... al que quiera hacer el esfuerzo.
Agradecimiento:
José Luis Anzizar (www.anzizar.com.ar) y Elsi del Río - Espacio de Arte (www.elsidelrio.com.ar).
Texto: Natalia Iscaro.
Fotos: Victoria Gesualdi.
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