El lado animal, por Dolores Curia
El lado animal
La joven escultora Celina Saubidet presenta su colección de animales apócrifos, combinaciones imposibles entre lo conocido, lo deseado y el error. Invitación a explorar lo siniestro que habita en las mejores familias.
Página 12
Suplemento Las 12
Viernes 24 de Abril de 2009
Muestras
Por Dolores Curia
En un artículo de 1919, Sigmund Freud despliega el concepto de lo siniestro indagando en el origen de esa palabra en el idioma alemán. Lo definirá primero como lo “extraño inquietante” pero, más tarde, y de manera definitiva, como lo “familiar inquietante”. Lo siniestro es la sensación que experimentamos cuando lo cotidiano se vuelve raro ante nuestros ojos. Lo conocido que amenaza. Ciento diez años después, Celina Saubidet con “Tratado de los animales ocultos” le da una vuelta de tuerca a esta idea dando forma y volumen a toda una genealogía animal y fantástica.
La joven escultora confecciona un zoológico que de lógico no tiene nada. Estos personajes nos transportan a un mundo onírico e irracional. Así, Celina juega a la inseminación artificial y se queda a medio camino de la ciencia ficción. Probeta en mano, cruza a los seres de la tierra con los marítimos –pez globo con puerco espín, avestruz con elefante, chancho con mosca, etcétera–. Animalitos deformes nos acechan. Lo trivial se muestra enrarecido, como en los sueños.
Sin embargo, perro que ladra no muerde y este selecto bestiario que aparece en forma de cerámicas esmaltadas, pequeños bronces y algunos collages no tiene nada de temible. Conforma un linaje inofensivo y hasta simpático.
En lo que se refiere a los materiales, Celina vuelve al origen. En un principio se valió del hierro soldado y la resina de poliéster, hoy –seducida por sus procesos de tierra, agua y aire– retoma la cerámica como elemento primigenio para la escultura.
A lo largo de su trayectoria, Celina mostró particular interés por lo orgánico, lo vital, en un recorrido que parece haberla llevado de lo macro a lo micro: sus primeros trabajos se centran en la relación del hombre con el cosmos, luego, se ciñen más que nada a la figura humana. Cuando se le pregunta a la artista cómo llegó a dar a luz a estos seres, ella responde: “Hace un año y medio tuve a mi primera hija y eso me cambió por completo el punto de vista. A partir de esta revolución hormonal y existencial, aparecieron los monstruos”.
Parece ser que estos especímenes son producto del exorcismo de sus miedos e inquietudes respecto de la maternidad: “Durante casi todo el embarazo y los primeros meses de mi hija, sólo pude conectarme con ella y sentí tener un vacío de creatividad que me produjo cierto vértigo. Evidentemente, estaba con toda mi energía creando mi mejor obra. Al poco tiempo descubrí que sólo fue un silencio para el reacomodamiento”. Como mujer y como artista, Celina descubre lazos entre la maternidad y la creatividad. La experiencia creadora de vida, la más radical, se complementa con otra creación menos fundamental, pero igual de humana y catártica. A partir de ella, la artista gesta y materializa monstruitos de un zoo lúdico que invita a pensar en las combinaciones imposibles. ¤
Tratado de los animales ocultos se puede visitar de martes a viernes, de 15 a 20, y los sábados, de 11 a 14, en Elsi del Río (Arévalo 1748). La muestra se extenderá hasta el 16 de mayo. Más información en http://www.elsidelrio.com.ar/