domingo, mayo 21, 2006

La gente aportó más color a arteBA, por Loreley Gaffoglio















Público de todas las edades encontró refugio en las creaciones de los artistas

El arte desplegado en la Rural resultó ayer el mejor antídoto contra el frío y se convirtió en una propuesta atractiva para las miles de personas que buscaron refugio en la invención y en la creatividad de los artistas.

Con pasillos, stands y confiterías rebosantes de público, la serena apreciación de las obras de arte fue una tarea ardua, condimentada con un alto nivel de ruido. Sin embargo, tanta afluencia de público resultó estimulante para galeristas y organizadores, conformes con el creciente protagonismo que alcanzan las artes visuales.

"Acá, la gente mira arte, sea como sea, y eso está buenísimo", comentaba ayer a LA NACION la historiadora y crítica de arte Adriana Lauría, fascinada por haber tomado contacto con obras cinéticas de Le Parc, Vardánega, Boto y García Rossi que nunca había visto.

Matrimonios que empujaban cochecitos, adolescentes y jóvenes en una proporción aluvional y gente mayor: el paisaje de la feria lució ayer más variado y multitudinario que nunca. Sebastián Mayo, estudiante de diseño de 23 años, exploraba sin vergüenza con sus manos el relieve de "Entrevista con la imaginación", el panel vidriado con aplicaciones de venecitas multicolores que creó Marta Minujín para el espacio Loreto Arenas. "Si tuviera el dinero, me lo llevaría a casa. Me fascina la inventiva de esta mujer", decía, y explicó que, tras recorrer la feria, vuelve a su casa con miles de ideas.

El rojo furioso de un corazón gigante, realizado en resina poliéster por Celina Saubidet ("Elsi del Rio") suscitó la atención de toda una familia. "Es genial que la artista lo haya bautizado «Corazonada»", sentenció Gustavo Canevaro, un abogado que con sus tres hijos, de 9, 11 y 13 años, insistía en lo beneficioso que es acercar a los chicos al arte.

"Me encanta arteBA porque despliega propuestas muy diversas. Permite ver lo último de la producción nacional y entender qué ocupa hoy la mente de los artistas", dijo Luz Olcese, estudiante de Bellas Artes. A su novio, Nicolás Maukiewitz, lo fascinó la instalación "Heavy Metal": "Es interactiva: tenés que ponerte los auriculares y escuchar la obra".

Los enormes zapatos poblados de pinches que simulan ser espinas de 20 cm de largo, obra bautizada por Giménez con el título de "Para abrirse paso" cautivaron a una señora de 63 años. "Esa obra provoca mi reflexión en múltiples sentidos", acotó Inés.

"Tanto a ellos como a mí, nos gusta la renovación. Vemos toda la creatividad que hay acá y no dejamos de maravillarnos", deslizó Graciela Alonso, que llevó a la feria a su madre y a sus tres hijos. Un sentir que fue compartido por gran parte de los que entregaron su sábado al arte.

Por Loreley Gaffoglio
De la Redacción de LA NACION