lunes, septiembre 10, 2007

La mirada divergente en la obra de Bianki, Miño y Estol, por Ana Martínez Quijano

En Elsi del Rio «El arte de la elegancia» confirma un estilo estetizado

Desde hace varios años, la galería Elsi del Río que dirige Fernando Entin viene apoyando la producción de artistas jóvenes (o no tanto) con un estilo definido, que se destaca por el predominio del humor y un gusto bien pronunciado por la belleza. La semana pasada, en la vieja casa de la calle Arévalo y confirmando esta tendencia, se presentó «El arte de la elegancia», una breve muestra que reúne obras de Diego Bianki, Jorge Miño y Leo Estol, curada por Daniel Molina.

A partir de la distendida propuesta del curador -reunir artistas que le resultaran gratos y cuyas obras dialoguen entre sí-, la exposición pone en evidencia tres individualidades bien diferenciadas con algunas características en común, como la elegancia formal y de contenido.

La obra más llamativa, dulce y juguetona es la de Bianki. Se trata de una serie de pequeñas cajas negras dispuestas sobre una pared, que en las tapas tienen unas esquemáticas siluetas humanas, pintadas y ataviadas -a modo de collage- con radiantes papeles de los envoltorios de caramelos.

Las obras más intensas y bellas son las de Miño, que presenta una nueva serie de sus ya conocidas fotografías de aviones, esta vez tomadas en el aeropuerto de Río de Janeiro durante un día de lluvia. Signadas por la melancolía de unas vacaciones frustradas, con sus tonos tierras y rosados, estas tomas directas sin ninguna manipulación digital tienen cualidades poéticas, que son el resultado de una mirada sumamente perceptiva y a la vez cargada de sensualidad.

Es decir, en las fotos está presente el autor: vemos cómo se desliza su ojo por la curva mojada del ala de un avión y cómo se desplaza por la pista hasta dibujar la forma de un DC4, para detenerse luego en cada una de las ventanillas. Así, utilizando la mirada como un pincel imaginario, Miño abre el obturador hasta lograr esas imágenes bañadas por una luz blanquecina donde resaltan las bandas rojas de la línea aérea.

La obra de Estol está realizada con rigor científico. La mirada es el tema de análisis y el fundamento de experimentación en que se basa su trabajo. Estol fotografía elementos simples de la vida cotidiana: unas formas que dibuja el rocío sobre la arena mojada, un basural donde se divisan unas pajitas de colores y un frasco de gelatina. La selección parece casual, sin embargo, al observar con detenimiento las imágenes, se advierte el ojo entrenado del artista, que descubre particularidades especiales en cada uno de estos elementos. La serie, que Estol se propone continuar, trata sobre el ejercicio de la mirada, sobre la precisión, la agudeza y el entrenamiento que puede alcanzar el ojo para detectar los universos que se ocultan en las cosas más comunes de este mundo.

En suma, más allá de la « elegancia», con su presunta sencillez, la muestra termina por brindar una breve pero auténtica lección acerca de la « escuela» que requiere la mirada.
Ana Martínez Quijano
Diario Ambito Financiero
Lunes 10 de Septiembre de 2007



Esta obra de Jorge Miño integra su nueva serie de sus ya conocidas fotografías de aviones, esta vez tomadas en el aeropuerto de Rio de Janeiro durante un día de lluvia.