lunes, mayo 22, 2006

En arteBA la calidad ya está dando frutos, por Ana Martínez Quijano

















«Christie» de Juan Tessi se vendió a un coleccionista argentino antes de la inauguración de la feria arteBA, que si bien tiene algunos errores de organización, este año se distingue por la calidad de las obras.Luego de una seguidilla de inauguraciones privadas en las que abundaron las compras institucionales de los museos y del coleccionismo local y extranjero, la feria arteBA, que se extiende hasta el miércoles, abrió las puertas de su quinceava edición al público masivo, que inundó los pabellones rojo y amarillo de La Rural.

El punto fuerte de esta edición reside en la calidad de las obras. Factor esencial -la excelencia-, que determinó un cambio de perfil. Es decir, los artistas y galeristas que antes seleccionaban un arte presuntamente «atractivo» para los compradores y priorizaban las ventas, esta vez tomaron conciencia de la importancia de poner en esa gran vidriera que es la Feria, obras importantes, con características de museo y demostrativas de la calidad.

Así, el cambio de criterio permite descubrir que por primera vez arteBA nada tenga que envidiar a ARCO de Madrid, Art Chicago o Art Basel y su sucursal de Miami, que son las mejores ferias del mundo y, sobre todo, que lo bueno siempre se vende, porque el ojo del público y los coleccionistas está más atento, la mirada se ha educado en estos años y es más incisiva. Dato que conlleva una exigencia cada vez mayor de los visitantes, y que se trasunta en los acertados comentarios y una afinada apreciación estética. Es decir, aunque no todo es perfecto y hay cuestiones que se deben corregir, apostar a la calidad valió la pena.

«En esta feria se vende», manifiesta la galerista Florencia Braga Menéndez, mientras se vanagloria enumerando las operaciones realizadas, entre otras, el video con las canciones de amor favoritas de gente de diferentes partes del mundo realizado por Sebastiano Mauri, y «Mund», de Ariadna Pastorini.

La venta de videos no es fácil, pero Braga Menéndez aclara que «ambos tienen tiraje ilimitado y precios muy accesibles». La galerista agrega que la pintura «Christie» de Juan Tessi se vendió «en un santiamén, antes de que la feria se inaugurara, a un coleccionista argentino», pero aclara que cuatro compradores se la disputaron y que un galerista brasileño compró el resto de la producción. También se vendieron las tres cajas acrílicas con papel recortado de Manuel Ameztoy, artista que en este año encontró un rumbo interesante para su obra que deslumbró a un coleccionista francés y a Julián Zugazagoitia, director del Museo del Barrio de Nueva York.

Entre las galerías que ya concretaron ventas figuran Ruth Benzacar, que conquistó a muchos de los coleccionistas extranjeros, Teresa Anchorena, que vendió un Berni atípico, además de Vasari, Jorge Mara, Loreto Arenas, Palatina, Arcimboldo, Daniel Abate y el costarricense Jacobo Carpio, que por primera vez tiene un stand en arteBA y desde la década del '80 trabaja con artistas argentinos en las ferias internacionales, como Guillermo Conte, Víctor Florido o la joven Eugenia Calvo (ganadora del Premio Petrobrás). Al igual que el año pasado, arribaron a la Feria varios galeristas y coleccionistas extranjeros, más que nada de Brasil, Francia, Chile y EE.UU., como los poderosos Trudy y Paul Cejas, que confirman la inserción de la Feria argentina en el calendario internacional. Pero lo que en verdad se ha consolidado en estos días es la integración regional, los galeristas (sobre todo de de Chile y de Brasil, como Ricardo Trevisan, director de la paulista Casa Triángulo) tejen alianzas y anudan muestras de artistas argentinos. María Fernanda Feitoso, directora de la novísima Feria de San Pablo, invitó a varios argentinos a la próxima edición (abril 2007), pues aspira a organizar una suerte de participación grupal.

«Este año hay obras verdaderamenteimportantes», asevera un galerista brasileño, mientras admira los estupendos cuadros de Berni y de Pettoruti de las galerías Sur y Palatina, el Llorens de Oscar Prato y Cecilia Torres, el Gary Hume de Baró Cruz, el Felipe Barbosa de la brasileña Casa Triángulo, el Lucio Dorr y el Manuel Esnos de Dabbah Torrejón, el corazón de Celina Saubidet en Elsi del Río, los colchones de Marta Minujín, y la fiesta visual que constituye la abundancia de artistas concretos y ópticos cinéticos.

Como no faltan los errores, algunos galeristas se quejaban de la iluminación. «Parece que Expobaires no provee un volumen lumínico óptimo para las obras», observan, aunque todos salen al rescate de la vitalidad que a pesar de las sombras ha ganado la Feria. Lo cierto, es que si bien como todos los años, los rumores sobre la improbable legitimidad de algunos maestros muertos ruedan por los pasillos generando incertidumbre, en esta oportunidad y a pesar de todo, la gente se desea suerte y sobrevuela un benéfico espíritu de cordialidad entre colegas.

Ana Martínez Quijano
Ambito Financiero
Lunes 21 de Mayo de 2006